90 minutos

Ese travesti
como escusa de los pibes
de otro barrio,
va y viene mil veces


llora y no hay caso.
Es difícil escapar 
por los caminos del mundo
y volver a casa.


Mientras con la mirada indignada
una madre inventa una muralla
a 90 minutos, para apurar
el papel de la primera víctima.


Se amuralla y no hay caso,
un golpe finalmente llega
para correr situaciones de riesgo
y recetas para tranquilizar
el siguiente examen.


Más tarde
(ajustado de tiempo)
sin necesitar una casa,
ve a otro y no consigue atenderlo.


No hay caso 
otra vez llega
media hora tarde


primer borrador...
(Taller de Letras y Canciones con Lucio Luchesi)