viernes, 8 de julio de 2011

Reflexiones... "Ensayo sobre el pensamiento del alma"

Los Ocurros a veces se extienden
y se transforman en reflexiones.
No se extienden en cantidad, sino en cualidad,
se hacen profundos.
Se sumergen en abismos de pensamientos,
ruedan en la mente y en el alma...
y a veces sacan probecho de las exploraciones
por el infinito del Adentro.


Es esta, tal ves una de esas veces,
sin escribir en el cuaderno previamente,
sino directo, así, sin filtro... embarazo de ideas.

Pasa que Vivir, con mayúscula, construye
dentro de uno ciudades enteras,
este será tal vez el por qué de mi recurrencia
sobre este tema en mis trabajos.

Voy poniendo ladrillos desordenados que se
sostienen con material, a veces cementicio,
otrora arena sola, que se escurre entre los dedos
con lluvias externas, derrumbando edificios megalíticos,
juro que construidos con fuerza y dedicación.
Y tras el derrumbe quedan esos escombros que,
a simple vista, no parecen servir para nuevas edificaciones.

Entonces uno busca nuevos ladrillos,
nuevos materiales... Sabiendo igual, que de las ruinas
como de las cenizas, nacen aves fénix.
Sin prestar atención a esta verdad, todo se hace más complicado.


No se puede no mirar para atrás.
Es que en el atrás está lo que se aprendió.
Lo que se puede es no regurgitar el atrás,
sino mirarlo con sabiduría, tomando nota.

Entonces es cuando el alma empieza a pesar,
se densifica, y así como se densifica se enriquece...
No existe nada que nos tire para abajo,
sino se lo permitimos. Eso que nos quiere undir como
arena movediza es lo mismo que, congelado,
sirve de escalones para subir a aquel cielo con diamantes.

"Pensamiento del alma" dirán, es algo contrariado.
Usar un termino espiritual junto a un término lógico.
Pero es que en el "ordenamiento", que nace del
pensamiento profundo introspectivo, es
donde el alma se ordena, se reformatea y se aliviana,
trabaja más "rápido".
Los mecanismos de orden de esta índole,
los estoy comparando con el pensamiento profundo,
por eso hablo en estos términos.

Esto, espero, será el inicio de largas
Reflexiones Ocurrentes sobre la Vida Cotidiana.
Y es que en las nimiedades recurrentes se
condensa el universo de uno, de todos.
Así, como cuando se camina por la vereda donde pega el sol.

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